sábado, 14 de febrero de 2015

UNA LÁGRIMA QUE VUELA

 No sé si lo he vivido o lo he soñado: vi salir una lágrima de mis ojos..., y también la vi salir volando; tenía cuerpo de abeja y alas de libélula. Se posó en mi mano y me habló tal como lo haría alguien con mucha autoridad sobre mí: 

--¡Sigue llorando que necesito beber agua!..., pero, pon todo el cuidado en que tus lágrimas no sean saladas, pues la sal me sienta mal y no tengo ganas de sufrir problemas gástricos. 

--¿Y, cómo conseguiré lo que me pides..., lágrima metamorfoseada?

--Te voy a dar una receta que siempre da buen resultado: antes de acostarte y de levantarte, escucha "Serenade" de Schubert y te puedo asegurar que tus lágrimas serán tan dulces como la miel.






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