viernes, 30 de junio de 2023

Muerte de José

 


 José murió a los ciento diez años y su cuerpo fue embalsamado y metido en un sarcófago con honores de gran mandatario. Dejó en su última voluntad que sus huesos fueran llevados a la «Tierra prometida». Después, con el paso del tiempo, el pueblo había crecido tanto y eran tan prósperos, que el nuevo faraón temía a un colectivo que tanto avanzaba con sus propias leyes y su «Dios», dentro del propio Egipto. Comenzó a poner dificultades y a esclavizarlos de manera insidiosa, hasta el punto de hacer matar a los hijos varones que fueran naciendo. 


 

Encuentro de José con su padre

 


 José dejó marchar a sus hermanos. Todos los días vigilaba expectante el camino por donde habían de volver, hasta que por fin un día divisó la comitiva que se acercaba con la familia y su padre al frente. Se adelantó con alborozo a abrazar a su padre que con lágrimas en los ojos le tendía sus brazos. 
Quedaron instalados en un poblado que el faraón había preparado para ellos junto al río Nilo. Allí pudieron desarrollar sus oficios y rendir sus tributos como ciudadanos del país al faraón. Dios les protegía, pues solo a El adoraban y seguían sus mandatos de: « Unión como pueblo, honestidad, humildad y diligencia».
José administraba la economía del faraón de manera fabulosa de manera que se convirtió en el mandatario más rico del mundo. Por todo ello, el faraón respetó a su pueblo que prosperaba y florecía dentro de Egipto sin perder su identidad.



martes, 27 de junio de 2023

Primer encuentro de José con sus hermanos

 


 La época de vacas gordas dieron su abundancia en frutos y rebaños como vaticinara José. La sequía había devastado los territorios conocidos por entonces. Acudían de todas las naciones vecinas a llenar sus alforjas de grano y las arcas del faraón de oro plata y piedras preciosas. 
 Jacob y toda su gente, que también sintieron la hambruna, se vieron obligados a viajar hasta Egipto para proveerse de grano del que todos sabían tenían abundancia en sus múltiples graneros llenos a rebosar. 
Se presentaron al gobernador, el cual, quedó perplejo al reconocer a sus hermanos. Él no fue reconocido por ellos, urdió  una treta para castigarlos antes de darse a reconocer: ordenó a un sirviente esconder una copa de oro en el saco de uno de ellos para después acusarlo de robar las pertenencias del faraón e imponer el castigo de quedar preso en Egipto hasta que trajesen a su hermano menor a su presencia. 
Los hermanos de José estaban anonadados, no entendían lo sucedido y se lamentaban afligidos del hecho de que su padre nunca se separaba de su hermano Benjamín desde que perdiera a su otro hijo José. Pedían clemencia, su arrepentimiento por el daño causado a José se puso de manifiesto y fue entonces que José se dio a conocer:
—Dejar de lamentar la perdida de vuestro hermano ya que lo tenéis ante vosotros, este que os habla es José, vuestro hermano. Cayeron de rodillas avergonzados y pedían perdón. 
—Levantaos—les dijo con los brazos tendidos hacía ellos—Dios se sirvió de aquel acontecimiento para traerme hasta aquí. Hace tiempo que os perdoné y El me sostiene y me guía. Volver a casa de vuestro padre, darle la buena nueva de que su hijo vive, y venir todos a vivir aquí, se presentan años de mucha dureza para sobrevivir, estaréis a salvo con la venía del faraón que tiene preparado un territorio en el que podréis instalaros.  

De preso a primer ministro

 


 
El faraón recibió a José intrigado y expectante, era algo espectacular 
conocer a persona con privilegios tan inusuales como descifrar el significado de los sueños. Cuando le tuvo ante sí quedó admirado de su apostura, hizo el relato de sus sueños con todo lujo de detalles y quedó a la espera de que José saliera de sus reflexiones y emitiera su veredicto.
 José, después de orar recibió el mensaje claro y bien detallado de lo que se avecinaba y así lo expuso: 
—Señor, se avecinan tiempos difíciles si no se sabe aprovechar la época de bonanza para paliar la época de carestía. Las siete vacas gordas significa siete años de abundancia en cosechas y las vacas flacas siete años de sequía, así también, Dios reafirma sus planes con las gavillas del trigo. Es aconsejable dar comienzo sin tardanza a almacenar adecuadamente lo sobrante y racionar los abastecimientos para no caer en el despilfarro motivado por el exceso.
El faraón quedó atónito. Nunca antes había tenido un consejero con aquella clarividencia y acierto en sus proposiciones. Mandó subir a José a su altura y estrechando su mano en señal de aceptación se expresó de esta manera:
—He quedado totalmente satisfecho con tu propuesta, y como nadie será tan adecuado como tú para llevar la empresa a feliz término, te nombro desde este mismo instante primer ministro y nadie habrá por encima de ti nada más que  yo cuando esté sentado en mi trono. Toma las medidas oportunas en todos mis dominios, para ello te entrego mi anillo que te abrirá todas las puertas de mis ciudades.
Y subió José al escalafón que Dios tenía preparado para él. 


lunes, 26 de junio de 2023

José va de la cárcel a la corte del faraón

 



 Pasado algún tiempo seguía José en prisión como alcaide, dado su talento para dirigir a la masa fue propuesto para el cargo.
El copero del faraón, al que predijo lo que vaticinaba su sueño, servía en la corte. Por aquellos días el faraón andaba obsesionado con unos sueños inquietantes que había tenido: siete vacas gordas y lustrosas pactaban frente a él a la orilla del río. De pronto, siete vacas muy flacas salían y devoraban a las siete vacas gordas, pero seguían tan huesudas y famélicas como antes. Otro sueño se componía de gavillas de trigo, también eran siete, hermosas y muy granadas, y otras siete muy vacías de fruto las devoraban. El faraón convocó a los sabios y doctores para que interpretaran sus sueños, pero ninguno acertaba a decir algo que convenciese al faraón. Y fue entonces que el copero se acordó de José, que con tanto acierto predijo el significado de los sueños. Lo puso en conocimiento del faraón, y este dispuso que lo trajesen a su presencia de inmediato. 
José cambió su atuendo y se afeitó la barba antes de presentarse al faraón.
    

miércoles, 21 de junio de 2023

José en la cárcel

 


José en la cárcel era ejemplo para sus compañeros de prisión, a todos animaba y atendía, ellos confiaban en él y le hacían su confidente.  Estaban entre ellos el copero y el panadero de faraón, que andaban preocupados por un extraño sueño que habían tenido. José, siempre iluminado por Dios, les hizo la interpretación de su sueño: el copero iría en tres días a su puesto de trabajo y al panadero lo ajusticiarían cortándole la cabeza, tal como sucedió.
 

José en Egipto

 



   
José en Egipto destacaba por su atractivo físico y su inteligencia.
Los mercaderes lo vendieron a Putifar, un oficial egipcio que pronto delegó en él el gobierno de su hacienda dado que su maravillosa actitud para resolver cualquier evento y honradez era inapreciable.
La mujer de Putifar lo acosaba descaradamente cuando su marido estaba ausente, hasta el punto de arrancar su túnica de modo que José hubo de salir corriendo en condiciones sospechosas. La acosadora, llena de ira y despecho por no conseguir su propósito, llamó a voces desaforadas a la servidumbre, que presenciaron la huida de José semidesnudo y le acusó de ser ella la ultrajada.
Putifar creyó los argumentos de su esposa y mandó a José a la cárcel. 

martes, 20 de junio de 2023

Jacob Israel






 

    

   

 Jacob fue padre de doce  hijos, pero con su amada Raquel solo tuvo dos: José y Benjamín. Dios estaba presente en su vida. Un día que oraba en la soledad del desierto oyó una voz que decía:  «Jacob, es mi deseo que desde ahora tu nombre sea Israel. Tus hijos formaran las doce tribus de los primeros Israelitas»

Dios bendecía a Jacob con gran prosperidad y sus rebaños se multiplicaban de manera fabulosa. Su hijo José era su favorito, lo retenía a su lado y le hacía costosos regalos, cosa que despertaba la envidia de sus hermanos. Un día que su padre le había regalado  una túnica de gran distinción que manifestaba ser el sucesor, todos estaban furiosos. 

—Mirad— decía uno de ellos al ver que venía hacía donde estaban guardando los rebaños—ahí nos llega el favorito, el protegido de todo trabajo, del frío y del calor. Tendríamos que darle su merecido. Y con la maldad que engendra la envidia, le quitaron la túnica y lo tiraron a un pozo para que allí pereciera de hambre y de sed. Por fortuna acertó a pasar una caravana de mercaderes que se dirigía a Egipto y decidieron venderlo y repartirse el dinero. Mataron un cabrito y mancharon la túnica con su sangre y dijeron a su padre que una fiera lo había devorado.

Jacob llevó un duro golpe en su vida, no dejaba de lamentar la pérdida de su amado hijo. Los malvados hijos, al ver el dolor que habían causado a su padre, estaban arrepentidos, en adelante fueron mucho más atentos y no les dejaba dormir el sentimiento de culpa. 


        









Jacob se reconcilia con su hermano.


 El joven enamorado Jacob, a pesar de estar casado con Lea, trabajó gratis para su tío otros siete años para conseguir hacer su esposa a Raquel, en aquellos tiempos estaba permitido tener varias esposas, tantas como pudieras mantener. 

Cuando por fin consiguió su propósito y con la ayuda de Dios prosperó lo suficiente, marchó con sus esposas y sirvientes a reconciliarse con su hermano Esau, al que le había robado la primogenitura.

 Llevaba presentes para regalarle, y este, cuando le vio llegar con sus hijos que le había dado Lea, y todo el séquito que le acompañaba, le tendió sus brazos y le perdonó. 


 

MAMÁ OSA PERIPITOSA

En la casita del bosque todo iba bien. Las gallinas ponían sus huevos en una cesta y mamá osa los llevaba al mercado. Sería bonito pensar q...