miércoles, 28 de noviembre de 2018

BROTAR RESURGIR

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 ¡Qué milagro!
En mi pequeño desierto
gotas de lluvia han caído,
y como inmenso regalo,
mi desierto es florido.
De mil colores se ha llenado
 lo árido convertido en lindo prado.
Y si prima el violeta, el verde, o el amarillo
todo es unificado por el esplendoroso brillo
que surge de los montes con aura bella 
nutrida por brumas de amor si estás en ella.
 Si no cae lluvia del poder tu ser y eres ausente
para el minifundio de mi alma será la muerte;
para el deleite por mí sentido,
al ver mi desierto bello y florido.
Llorarán las células que conforman,
mi ser que tu amor ha esculpido;
 espero de tu luz infinitas maravillas...
Que en el minifundio de mi alma humana,
con la lluvia de tu amor broten nuevas semillas.






miércoles, 14 de noviembre de 2018

UN POEMA PARA NIÑOS

 LITA Y CASIO

Casita verde, casita blanca;
 tú ¿tienes puertas, tienes ventanas?
¡Sí que las tienes, y están cerradas!
Para que "Lita" ni entre ni salga.
Lita la verde, es una rana
que da saltitos y vive en el agua.
Ella sonríe, es optimista,
el sapito Casio es su conquista.
Los dos se aman bajo la luna,
y cantan canciones como la tuna.
Comen insectos con precaunción,
le tienen miedo a la indigestión.



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viernes, 9 de noviembre de 2018

PIRIGILO

El ratoncito Pirigilo
que solo queso comía,
comía de cualquier cosa
cuando queso no tenía.
Se lavaba en el arroyo.
 Había nacido en el campo,
y se lavaba los dientes
con ramitas de amaranto.
Con amaranto que es bueno
los dientes blancos ponía
y si tenía mucha hambre,
el amaranto comía.
Se presentaba en la escuela,
 pulido y reluciente.
Pirigilo el ratoncito
era limpio y obediente.
Hacía bien los deberes.
Les ponía atención.
Su gran ilusión sería
ser un gran campeón.
Campeón en los estudios.
 Tenía buenas razones.
Quería ser capitán
en la escuela de ratones.

María Encarna Rubio


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miércoles, 7 de noviembre de 2018

SIEMPRE CON ZAPATILLAS


 Adel era un niña traviesa a la que le gustaba caminar descalza. Su abuela le decía siempre que no lo hiciera. Se ensuciaba los pies y se podía lastimar


Un día que dormía en casa de su abuela, Adel le pidió que le contara un cuento. 

Su abuela, que la quería mucho y siempre la complacía. La sentó sobre sus rodillas y empezó a contar este cuento:

 Gachitas, era pequeña, menuda, y nadie sabía por qué la llamaban así, porque su verdadero nombre era  Adel. 

Ella, vivía en  un pueblo de montaña, y todas las mañanas, cuando se levantaba de la cama, se asomaba a la ventana para ver las nubes pasar. Le parecía muy bonito. Veía figuras blancas en el cielo, como si fuesen los sueños que había tenido esa noche. El eco le devolvía lo que decía y ella pensaba que eran las cabritas las que le contestaban.
¡Buenos días cabritas! —Les decía.
¡Buenos días...días...días...! —El eco le contestaba.

Una mañana que la niebla había bajado tanto que no se veía ni el monte ni las cabritas, Gachitas salio descalza a buscarlas. Una espina se clavó en uno de sus piececitos y le salía mucha sangre.

Gachitas se asustó, pero no lloraba, porque ella era  una niña fuerte. Se sentó a la orilla de un camino pedregoso a esperar a que alguien pasara y la encontrara allí. 

La anciana Marusa, que buscaba setas para hacer su comida, pasó y la vio.
—¿Qué haces aquí, niña, cómo te llamas?—Le dijo.

Gachitas casi no podía hablar de lo asustada que estaba. Empezó a tiritar de frío. 
La anciana Marusa le puso su toquilla, la tapó y la llevó a casa.

Su mamá, cuando entró en su habitación y vio que no estaba, se había asustado mucho, y la estaba buscando. Se alegró tanto de verla y le daba besos. —No te vayas más de casa solita —le dijo —y siempre te pones las zapatillas al bajar de la cama, porque los pies se lastiman sin ellas y se ensucian. 

Si te ha gustado el cuento ya sabes, nunca salgas descalza ni te vayas de casa sola. Si te pierdes y no está la anciana Marusa alguien te puede llevar lejos de casa. 
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MAMÁ OSA PERIPITOSA

En la casita del bosque todo iba bien. Las gallinas ponían sus huevos en una cesta y mamá osa los llevaba al mercado. Sería bonito pensar q...