Observo con horror...
¡Cómo mi tumba me persigue!
El frío de su aliento me envuelve
Y deja reseco de sentimiento
Mi corazón agujereado por la carcoma y el miedo.
Quiere instalarse el odio en sus rendijas mohosas
Que luchan por no dar lo último de apego que les queda.
Ama, y serás feliz, me dice mi intelecto que lucha
Contra el influjo que ejerce en mi ánimo mal trecho
Ojo de mirada opaca que cierra mis puertas y quiere
Sepultarme en vida en la tumba que me espera
Cegado de odio y codicia fiera.
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