La tortuguita Maruja tenía prisa. Quería llegar a la playa para desovar antes de que los bañistas lo invadieran todo.
Era el encargado de limpiar los mares y los océanos.
Andaba atareado, pues con los plásticos que van a parar al mar morían muchas tortugas.
Estaba irritado y las tachaba de bobas por no saber distinguir plásticos de medusas.
María Encarna Rubio
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