Yo, te amo, olivo.
Cada noche, sueño contigo.
Y despierto buscando tu esencia.
Cada mañana, mi pasión te busca y te encuentra.
Se derrite en mi boca, me nutre y me alimenta.
No sólo te busco en la mañana, amaneciendo el día,
Que te pongo en mi ensalada,
Y te pongo en mi comida,
En mi pasión desmedida,
te disfruto a todas horas, y sin ti no sé qué haría.
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También Jesús te eligió,
Para hacer sus oraciones,
Debajo de los olivos,
Sus plegarias al Padre entona,
Simbolizando la paz,
Lo transporta la paloma.
¡Qué misterioso el olivo!
¡Que vive miles de años!
Por eso sueño contigo,
Y le doy mucha importancia
A tu fruto y su sustancia.
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