viernes, 1 de mayo de 2015

PARECE INCREIBLE

--¡Qué locura! Hace diez diez años que dejé toda clase de medicamentos y potingues. Aquí sigo. ¡Ja, ja, ja! Me ha sentado bien la medicina de la abuela.

Eloisa, lavaba en el fregadero los limones que acababa de comprar para ponerlos en el congelador. Cada vez que emprendía esta tarea no podía por menos que reflexionar sobre el cambio que había experimentado su salud y fortaleza física desde que la abuela María le diera la fórmula.

--¡Qué cansada me encuentro! --Le dijo un día a su vecina. Sus ánimos andaban mal. --Tomaba pastillas para todo y estaba un poco pasada de peso.

 --¿Cómo se las arregla, María? La veo estupenda. Usted derrocha energía. 

--Mira hija--, le dijo. --Cuidarse no es tan difícil. Importante no tener sobrepeso. Ejercicio físico diario. Comer con conocimiento de lo que es una correcta alimentación. Además te diré, he descubierto el secreto del limón. Tenemos que consumirlo de modo integral, piel, pulpa y zumo. Para conseguir que pierda la piel su fuerte acidez hay que congelar los limones. 

 Después de congelado se raya con el raspador la cantidad que vayas a consumir; el sobrante se vuelve a guardar en el congelador. Comprobarás que sabor tan exquisito da a lo que comes. Yo lo pongo en la leche por las mañanas, en las ensaladas, las espinacas frescas con aceite de oliva virgen y limón integral están buenísimas, prueba, prueba y verás. 

¡Gracias, abuela María! ¡Por la fórmula para un mejor aprovechamiento del limón! 

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