domingo, 20 de agosto de 2017

SÁTIRAS DEL SENADO

EL JEFE DE LA CENTURIA

Bertonio y Josilina
engañan a los paganos,
parece que son ateos
pero ellos son cristianos.

Él, jefe de la centuria,
hombre fuerte y aguerrido,
se ha mostrado generoso
con Josilina, de quien es marido.

Le ha comprado brazaletes,
pulseras y muselinas
para que se haga con ellas
las túnicas más divinas.

Bertonio con Josilina
con sus trajes de romanos
en la casa de la huerta
nos reúne como hermanos.

Se congrega la centuria
para organizar la fiesta
con Bertonio y Josilina
en la casa de la huerta.

Le tiene celos de muerte
y la quiere encerrar
en la casa de la huerta,
donde se va a celebrar.

¡Ay! Dios, que no la encierre,
porque tiene que fregar
los platos de la pitanza
que es lo que le gusta más.

A mí me dijo en secreto
esta honorable señora
que las grandes comilonas
día y noche las añora.

Y no es por lo bien que come
ni lo bien que pasa los ratos
es porque calma sus ansias
de hartarse de fregar platos.

¡Qué fiestas, qué algarabía!
Que se hacían los romanos.
Ahora que ellos no existen
las hacemos los cristianos.

¡Y, es con buena voluntad!
La alegría Dios amó...
Ama la luz y la bondad
que emana de un buen corazón.

M. E. Rubio González




SÁTIRAS DEL SENADO

EL QUE BIEN TOCA

Juanjoniano y su guitarra
no le teme a los leones.
La afina y también la toca
que los duerme con canciones.

Se asustan, se van corriendo
cuando se marca el compás,
pateando fuerte el suelo
rasgueando sin parar.

¡Que alegría, que romano!
Que manera de tocar.
Es lo que dice Candiana
cuando por la senda va.

Este romano en su villa
cultiva flores sin par.
Son las gentes que se acercan
para aprender a tocar.

El pueblo entero le admira
porque siempre está dispuesto
a regalarnos su arte
en todo acontecimiento.

Por eso Dios bien le asiste
y le da capacidad
para sacar a la guitarra
melodías sin igual.

En el coro de la iglesia
cuando llegue Navidad
tocará los aguinaldos
de modo tradicional.

M. E. Rubio Gonzalez

sábado, 19 de agosto de 2017

SÁTIRA DEL SENADO

REGALO REGALADO

Pilirondo que ama a Antoniana
se porta como un chiquillo,
para ganar sus favores
le regala un cochinillo.

Con rodajas de limón
en el hocico y el rabo
y para ser más notorio,
él mismo lo ha cocinado.

Todo untado de manteca,
con perejil y con fuet,
ha copiado la receta
del programa Master Chef.

Se le ve tan jugosito,
y sabe y huele tan bien,
que Antonina generosa,
da buena cuenta de él

Se ha comido una pezuña
que sabía a pan bendito,
y le ha dicho a Pilorondo
que el próximo sea un cabrito.

Antoniana que desmuestra
tener muy buen corazón
 ha dejado a Pilorondo
que se coma una ración.

Viendo que todos miramos
como su apetito aplaca
dice que para invitar a todos
hay que traer una vaca.

M. E. Rubio González


SÁTIRAS DEL SENADO

VIVIR Y VER

Josefonia y Joseleno
viven cerca de un campillo,
y se pasan todo el tiempo...
Anda y corre que te pillo.

Tienen siempre buen talante,
y como buenos romanos
se tumban y comen siempre
después de lavarse las manos.

Si se trata de comer
aprovechan reuniones
todo lo de comer lo comen
y que vomiten los leones.

Que después de la pitanza
lo que hace es descansar,
hacer bien las digestiones
dejarse de vomitar.

Josefonia y joselino
son amantes de por vida,
y han venido al Senado
a darse la buena vida.

M. E. Rubio Gonzalez

SÁTIRAS DE SENADO

EL SOLISTA

Trinitario de voz bella
tiene un trino en su garganta,
le falta tocar la lira
para adornar lo que canta.

Un solista como este
cualquier grupo lo desea,
hay que llevarlo a YouTube
para que el mundo lo vea.

Habrá que pedir permiso
a su espléndida morena,
no sea que se lo roben
y se nos muera de pena.

De morir nada se ha dicho,
a vivir que son dos días,
cenaremos,  cantaremos,
y lo demás son tonterías.

M. E. Rubio González


SÁTIRA DE SENADO


SORNA DE TIEMPO

Sabia virtud de conocer el tiempo.

A tiempo amar y desatarse a tiempo.

Y como dice el refrán, “dar tiempo al tiempo”,

que de amor y dolor, alivia el tiempo.

Martirizarme tanto y tanto el tiempo,

que no sentí jamás correr el tiempo.

Y hoy que de amores ya no tengo tiempo,

amor de aquellos tiempos, como añoro

la dicha inicua de perder el tiempo.




SÁTIRAS DEL SENADO

LA CRISIS

Vamos a hablar de la crisis
sin herir los sentimientos;
siempre hay cosas positivas
en estos acontecimientos.

Muchos montados en el “denario”
grandes despilfarrones,
se han visto obligados
a ajustarse los cinturones.

Y, es, que en la vida señores,
no hay mal que por bien no venga;
si alguien se da por aludido
que medite y se contenga.

Que aquí no se insulta a nadie,
simplemente se comenta.
para eso está el senado
y se arregla...O se intenta.

A mi primo Tolorino,
hombre fornido y muy alto,
que usaba sandalias de cuero
ahora las lleva de esparto.

Y camina cómo un tigre...
Con fuerza de dos elefantes...
Recorriendo muchas millas
lo mismo que hacía antes.

M. E. Rubio Gonzalez




SÁTIRAS DE SENADO

LOS ENSAYOS

La cuadrilla en los ensayos
bien lo solemos pasar;
aparcamos los problemas
y nos ponemos a cantar.

Aunque a veces aun cantando
la tristeza nos conmueve
cuando dice Encarnita
que el caballo se le «muere».

Y es que ese caballo suyo
que ni relincha ni da trotes,
dice que hojas de limonero
son para «paparajotes».

Que si quiere alegría
en su forma de trotar
tiene que cambiar el pienso
que «hojas verdes» le caen mal.

El señor director presidente
que no se sienta en la silla
dice que quitando a más de cuatro,
los demás no cantan, «chillan».

A mi no me sienta bien.
Y me pongo enfadada.
Por eso cuando otros cantan
yo permanezco callada.

¡Jolines! Me estoy pasando.
Que de esto me condenan;
me van a mandar al menos...
¡Al penal de Cartagena!

M. E. Rubio González




SÁTIRAS DEL SENADO

LOS POLÍTICOS

De los políticos hay que hablar
y ellos muy bien lo saben;
ya salen con vaselina
para que los dardos resbalen.

Es una raza especial
que al mundo su cara enfrentan
y si sale bien o sale mal
dignidad siempre aparentan.

¡Yo quise hacerlo bien!
Es siempre su cantinela,
sujeta el mango de la sartén
y las migas a su cazuela.

Que esta vida son dos días...
Según mi abuela decía...
con la bolsaca bien llena
mañana será otro día.

Y ya no me extiendo más
porque se hace pesado;
que lo que hoy es noticia
mañana será olvidado.

M. E. Rubio González



SÁTIRAS DEL SENADO

ME VENGARÉ DEL SECRETARIO

Va diciendo un centurión
que le han hecho un agravio
y lanza su represalia
dirigida al secretario.

¡Mi venganza será horrible!
Grita blandiendo su espada.
¡Le cortaré la cabeza
y en mi lanza irá clavada!

¡Soy jefe de una centuria!
Con la fuerza de un león.
Y acostumbro a quien me insulta,
arrancarle el corazón.

¡No, no lo mates!
Grita y gime “Albertario”.
¡De dónde saco a otro que trabaje
sin pagarle un honorario!

¡Bonico es el tiempo que corre!
Que nadie da un palo al agua
como no sea que cobre
y ni así a veces trabaja.

¡Ay! Mi secretario hermoso!
¡Qué majo!, y ¡qué trabajador!
Lo único malo que tiene...
Es que rompe el ordenador.

Ha veces yo calculando,
y me lo callo por pudor...
«Lo que no cobra currando
lo pago al reparador».

M. E. Rubio González

SÁTIRAS DEL SENADO

Asustado Pablorino
mirando por la ventana
a visto que su esposina
se ha convertido cristiana.

No quiere que se la maten
y no ha visto mejor manera
que traer a su cristiana
y esconderla en Santomera.

¡Ay! Dios, que desventura
si a esta mujer tan hermosa
se la comen los leones
de una manera asquerosa.

¡Una pierna sin sandalia!
¡Un brazo sin brazalete!
La túnica toda rota
que no tapa ni el culete.

¡Dios! del cristiano que ayudas
al pobre y al desvalido...
¿Por qué no cambiar leones
por su amado Pablorino?

Él la tratará mejor...
Si la come será fino.
Para que no se le acabe
la comerá con buen tino.

M. E. Rubio Gonzalez


SÁTIRAS DEL SENADO

Al senado y pueblo llano,
a todos quiero explicar:
Lindado con Santomera,
«Lindo» vive en el Siscar.

Le gusta el arroz con habas.
Le gusta el arroz con  carne
y le gusta el arroz con conejo
que prepara Maricarmen.

Ella sabe hacer buñuelos,
bizcochos de chocolate,
vaya mujer primorosa
que Lindo supo agenciarse.

Se me acomoda en su silla
cuando acude a los ensayos
asombrando a la cuadrilla
con voz de cien papagayos.

El presi que es certero,
cuando algo quiere aclarar
dice que son la mejores
nuestras «chicas del Siscar».

¡Vaya piropo les echa!
La verdad que a veces cuela.
Nos cautiva y nos admira
la gracia de «Rafaela».

En verdad es atrayente,
se porta muy bien cantando,
por eso al presidente
con maña se va ganando.

Ello suele pasar siempre.
Los halagos se va llevando,
 las chicas de Santomera...
solo de cuando en cuando.

A mí nadie me hace caso.
Hago muy pocos progresos.
Por ello he dado este paso:
de hacerles a todos versos.

Yo me siento afligida...
Tengo que hacer muchos versos,
con el trabajo que cuesta...
¡Rompiéndome hasta los sesos!

M. E. Rubio González



jueves, 17 de agosto de 2017

MESCOLANZA

Según el Diccionario de la Real Academia Española, el significado de «mescolanza», es un entramado de situaciones y notificaciones expuestas gráficamente con falta de orden y sentido. 
No es mi intención faltar a las reglas y sí intentar que, a pesar de disparates  fuera de orden y sentido, todo lo expuesto por mí en este relato quede lo más organizado y compresible para cualquier lector que se aventure a internar su atención en lo que aquí se expone.


Me sucedió cierta mañana cuando paseando por la playa encontré a un conocido tirado en la arena a ras del agua.

 Las olas parecían querer llegar hasta él sin conseguirlo una y otra vez. De momento me pareció que dormía, pero observando su lasitud me acerqué y pude comprobar que su estado era de inconsciencia, o tal vez de algo más... grave.

 Recogí su mano del abandono y le tomé el pulso. Creo que era lo más adecuado en ese momento. Sentí los débiles latidos de su corazón. 
 Alcé la mirada para buscar en el entorno a algún ser humano que pudiera echar una mano en la difícil situación en que me encontraba pero solo vi cangrejos, toda la playa se había llenado de cangrejos. 
Me asusté. Venían todos con sus pinzas abiertas y empinadas hacía nosotros y sus ojos, perceptiblemente agrandados nos miraban con fijeza y no presagiaban nada bueno. Zarandeé a mi compatriota con una fuerza inusual en mí y le insté a que despertara para salir corriendo, pero no hizo reacción alguna, siguió sumido en su desmayo. 

 Por un momento pensé salir por pies y dejarlo, pero nunca me lo hubiera perdonado. 
Conocía a su mujer y a sus niños y la conciencia me hubiera perseguido haciéndome la vida amarga el resto de mis días. 

Viendo que los cangrejos pretendían cercarnos y dar buena cuenta de nosotros, sujeté con fuerza sus tobillos, y tirando de él hacía dentro. 

Nos internamos en el mar hasta que la profundidad fue suficiente para que su cuerpo flotase y así lo pude desplazar con facilidad lejos de aquel tortuoso enjambre de crustáceos hambrientos caníbales.

Anduve bastante trecho arrastrando un cuerpo inerte, pero al parecer, vivo. 

Ya pensaba arribar en la playa cuando me pareció ver que su boca se movía de modo extraño. 
No tardó el estupor en dejarme anonadado...

 Abrió la boca: empezó a vomitar cangrejos que salían blandiendo sus pinzas y me miraban amenazantes con sus grandes ojos saltones.  

  Salí corriendo sin mirar atrás. De pronto oí la voz de mi paisano que gritaba:
—¡Corre!, ¡no te detengas!, ¡da aviso!, ¡la invasión es inminente!

Di parte a las autoridades, pero nadie quiso creerme. Ahora, cuando alguien dice algo fuera de lo normal le hacen el antidroga...
 A mí me lo hicieron, y a pesar de dar negativo, me obligaron a permanecer en una celda unas horas, hasta que, para que me dejaran marchar, declaré que sí, que algo había tomado que me hizo ver visiones. 


MAMÁ OSA PERIPITOSA

En la casita del bosque todo iba bien. Las gallinas ponían sus huevos en una cesta y mamá osa los llevaba al mercado. Sería bonito pensar q...