Tomó la decisión Abraham, como era costumbre en aquellos tiempos, buscar una esposa para Isaac que no fuese cananea, los cananeos eran de costumbres libertinas y adoraban a dioses falsos. Mandó a la tierra donde vivían sus hermanos a Ilicier, jefe de todos sus servientes, pues él ya era muy anciano y no quería que su hijo saliera de su lado.
Ilicier, rogó al Dios de Abraham que le ayudara en la difícil empresa que le había sido encomendada diciendo: "¡Oh Dios de Abraham! Dame tu ayuda para que yo sepa la joven que es la adecuada" Y viendo que un grupo de mujeres jóvenes sacaban agua de un pozo dijo a Dios: "La joven que se preste a ofrecerme agua para mí y mis camellos esa será"
Se acercó Ilicier y las más hermosa de todas las jóvenes le brindó agua que Ilicier bebió. Le preguntó por su nombre y resultó ser sobrina segunda de Abraham. Lo llevó a casa de sus padres que lo recibieron con honores al saber que venía de parte de Abraham a buscar esposa para su hijo. Les entregó los muchos regalos que traía y acordaron el casamiento de Rebeca con Isaac. La llevó Ilicier e Isaac quedó prendado de su belleza nada más verla, él tenía cuarenta años y Rebeca catorce.
La prosperidad de la familia iba en aumento, pero tardaron veinte años en tener descendencia. Transcurrido ese tiempo, Rebeca tuvo gemelos, Esau y Jacob.
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