martes, 14 de febrero de 2023

La huida de Jacob


 Cuando Esau es informado de que Jacob ha sido bendecido entra en cólera. Rebeca aconseja a Jacob que se vaya por un tiempo a vivir a casa de su tío, en Betel, porque Esau quería venganza. 
Jacob huyó de casa de sus padres. Fue un camino largo y fatigoso que él no conocía. Anduvo temeroso de los peligros que suponían las fieras y el sol ardiente. Llegado a un lugar reposado, hizo un alto y se tendió a descansar al abrigo de unos arbustos crecidos y un cúmulo de piedras bien dispuestas, él no lo sabía, pero era un altar que su abuelo Abraham levantara cuando anduvo por el desierto para dar gracias a Dios. Cuando quedó profundamente dormido tuvo un extraño sueño: una escalera subía hasta el cielo por donde ángeles subían y bajaban. Al final había un hombre sentado que irradiaba destellos luminosos que cegaban que le habló: 
"No temas Jacob, yo soy el Dios de Abraham y siempre te protegeré, nunca te abandonaré"
Reanudó su camino ilusionado y confiado, pero antes de ponerse en marcha, él también levantó un cúmulo de piedras y las ungió con aceite de oliva, en señal de que aquel era un lugar sagrado. 


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

MAMÁ OSA PERIPITOSA

En la casita del bosque todo iba bien. Las gallinas ponían sus huevos en una cesta y mamá osa los llevaba al mercado. Sería bonito pensar q...