Manolito Pingui tenía un gran secreto. Su madre siempre decía: --¡Eres más basto que un bocadillo de esparto! Su secreto, guardado a capa y espada, era revolucionario, espectacular y bastante peculiar: cuando cogía un libro de Historia y se ponía a leer...¡Viajaba en el tiempo! --¡Se trasladaba de inmediato a la Época del tema que leía!...
A veces, no se daba cuenta..., ¡y volvía sin cambiar de traje!
Para disimular delante de su madre, le decía que estaba ensayando..., ¡una obra de teatro del colegio!
La madre no se extrañaba de nada. Porque ella pagaba un buen colegio para que su hijo aprendiese de todo.
Una mañana, amaneció en la cama con un camisón hecho con esparto. Su madre le preguntó: -¿Porqué te ponen esas cosas tan bastas?, él le respondió: -¡Mamá, no sabes nada!, en la prehistoria, el esparto era Materia Prima. Con él hacían de todo.
--¡Cuánto sabe mi hijo!
Un día apareció con una túnica tan blanca que deslumbraba con los rayos del sol. Al verlo su madre cerró los ojos y le dio por toser, debido al olor tan penetrante que desprendía. Puso el grito en el cielo diciendo:
--¡Manolito! ¿De dónde has sacado eso? ¡Se ve blanco, pero cómo huele!
--En la Época Romana blanqueaban la ropa con orines. Ponte las pilas mamá. Lee más Historia.Si el mundo sigue como va, será importante saber sobrevivir.
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