LA
RANITA MARGARITA
A
la ranita Margarita
le
dolía mucho un dedo
y
para no llorar por ello
pasaba
el día riendo.
Nadaba
muy despacito
cuidando
no lastimarse
despacito,
despacito,
aprendió
a desplazarse.
¡Ay!
Qué dedito tan malo,
por qué
me hará sufrir tanto,
espero
que se me cure
para
el día de mi santo.
Seguro
tendré una fiesta
invitaré
a mis amigos.
Y
si mi dedo protesta
le
daré almendras con higos.
Si
le gusta o no le gusta
a
mí me va a dar igual.
Si
es mi fiesta es mi fiesta
¡Qué
bien lo voy a pasar!
Tacitas
de arroz con leche,
bizcocho
de chocolate,
piñata
de caramelos
será
fiesta de disfraces.
A
sapito cara de pote
le
tengo que invitar.
El
me ofreció su barquito
y
enseñarme a navegar.
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