El faraón recibió a José intrigado y expectante, era algo espectacular
conocer a persona con privilegios tan inusuales como descifrar el significado de los sueños. Cuando le tuvo ante sí quedó admirado de su apostura, hizo el relato de sus sueños con todo lujo de detalles y quedó a la espera de que José saliera de sus reflexiones y emitiera su veredicto.
José, después de orar recibió el mensaje claro y bien detallado de lo que se avecinaba y así lo expuso:
—Señor, se avecinan tiempos difíciles si no se sabe aprovechar la época de bonanza para paliar la época de carestía. Las siete vacas gordas significa siete años de abundancia en cosechas y las vacas flacas siete años de sequía, así también, Dios reafirma sus planes con las gavillas del trigo. Es aconsejable dar comienzo sin tardanza a almacenar adecuadamente lo sobrante y racionar los abastecimientos para no caer en el despilfarro motivado por el exceso.
El faraón quedó atónito. Nunca antes había tenido un consejero con aquella clarividencia y acierto en sus proposiciones. Mandó subir a José a su altura y estrechando su mano en señal de aceptación se expresó de esta manera:
—He quedado totalmente satisfecho con tu propuesta, y como nadie será tan adecuado como tú para llevar la empresa a feliz término, te nombro desde este mismo instante primer ministro y nadie habrá por encima de ti nada más que yo cuando esté sentado en mi trono. Toma las medidas oportunas en todos mis dominios, para ello te entrego mi anillo que te abrirá todas las puertas de mis ciudades.
Y subió José al escalafón que Dios tenía preparado para él.
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