jueves, 23 de enero de 2014

ESPERANDO EL MILAGRO

Don Ramiro, hombre culto y educado, gustaba de los paseos por el monte. Por recovecos y vericuetos, cargado con su mochila, sentía que el peso se le hacía más llevadero si  hacía un alto y admiraba el paisaje.

--¡Pone usted mucho peso en la mochila!
Solía charlar de vez en cuando con un joven pastor. Siempre tenían el mismo tema. "Plantando la semilla del bien muchas cosas se arreglarían" 

Al pastor, esto de la semilla, le tenía intrigado. 
--¡Quisiera saber yo qué es eso de la semilla!

Un día le abordó directamente y le dijo :
--¿Quiere explicarme qué quiere decir esto de la semilla?
--Claro hombre, nadie es feliz si no es fiel a sí mismo.  Si analizas esto, has encontrado la semilla, si la riegas siendo fiel a ti mismo empezará a  germinar.
--Gracias Don Ramiro. Sigo sin entender cómo esto arreglará el mundo.
--Muy fácil, si la semilla da fruto y se multiplica, todos seremos felices haciendo lo correcto, y, si se hace lo correcto, te aseguro que el mundo se arregla.
--¿Sabré yo cuándo he encontrado la semilla?
--¡Si lo intentas, tal vez!

--Usted perdone, ¿por qué pesa tanto su mochila?
--Tengo ya mis años. Además de mis tesoros más queridos, llevo secretos que a nadie he contado, y, pesan tanto, que apenas puedo con ellos.
--Yo siempre pensé en usted cómo en un hombre feliz.
--Siempre no es lo que parece, amigo mío.
--Puede usted contar conmigo, acaba de llamarme amigo.
Te contestaré con un poema, lo escribí hace tiempo, quiero que me digas si te gusta: 

"¡Dame tu corazón!"
Viniste a rogarme un día,
Mi corazón no lo tengo, 
Lo entregué  con mi alegría.

"¿Qué esconden esas cadenas?"
Esconden, las penas mías.
Entonces, dame tus penas.
Te daré mis alegrías
"Mis penas, sólo son mías"

--Respeto su intimidad, es usted un hombre generoso al no querer agobiar a nadie con sus problemas.

Un día, recibió el pastor una visita inesperada. Don Ramiro  había fallecido y le dejaba su mochila de herencia. 
Descubrió por fin lo que había dentro. Algunos libros y un bloc de notas donde le daba algunos consejos:

Busca, que el que busca encuentra.
La felicidad se encuentra en el deber cumplido.
Por el camino de la maldad no se va a ninguna parte.
Tus problemas hazlos vistos sólo para solucionarlos.  
En esta vida, siempre puedes estar aprendiendo.
En la fe hallarás tu fuerza. 

 Los libros de don Ramiro despertaron la curiosidad del pastor.
No era extraño encontrarle dando discursos a sus ovejas. Se convirtió en un hombre muy ilustrado. Desempeñó cargos de cierto poder político que dio beneficios a los de su gremio.      

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