¡Yo, es que... te veo correr,
y no me lo puedo creer!
Tan menuda, tan chiquita;
piececitos como pulgas,
apretada, redondita...
Así, y mucho más pequeña,
creciste en mi barriguita.
¡Ya saliste sonriendo!
fluiste de mis entrañas,
¡Yo, es que...te veo correr!
¡¡Y no me lo puedo creer!!
jajajaja Que bonito y tierno poema, no he podido por menos de sonreír. Hay tanto cariño en tus palabras!!! Que me alegro mucho.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo amiga Encarna.
Amiga Mila, eso está en la calle. Me lo inspiró una joven mamá. Es lo que ella hubiese dicho en el momento que yo la vi. Todas las que somos madres lo hemos sentido. La vida se compone de mucho amor..., y por desgracia desamor. Un fuerte abrazo virtual.
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