Cuatro pasos no son muchos, eso si puedes darlos. Hay veces que te es imposible dar uno. Tendido en el verdor del césped, con indolente somnolencia, mirando el dulce tintineo de las hojas de los álamos, lo más oportuno sería dar desde ahí el gran salto hacia lo desconocido y allí, seguir soñando.
Hoy es un día especial, pues se hace realidad algo que es importante para mí. Desde siempre supe que los últimos años de mi vida los pasaría escribiendo, pero nunca imaginé que sería de esta forma.
domingo, 31 de mayo de 2015
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