lunes, 4 de mayo de 2015

LÁGRIMAS DE NIEVE

De sus ojos de limpio mirar, enmarcados de piel surcada por años de tránsito, concierto y desconcierto, lágrimas de nieve brotaban recordando. No importan los años para llorar...Ni para sonreír. Ella lo hacía, sonreía a todo y a todos.

 ¡Por fin, había vuelto Eloisa a la vida! Largos años en el letargo de un coma profundo la habían mantenido alejada de los cambios experimentados por la sociedad que nos rodea. Todo era para ella profundamente extraño.

 Despertó una mañana de noviembre, clara, espléndidamente soleada, poco apropiada a la estación del año; pero así son las cosas, se unió el sol al canto de la vida, a la esperanza cumplida.
Esa mañana vino a visitarla  Clarisa, una prima muy querida para ella. Juntas habían compartido los mejores años de su juventud. Las misas, las novenas, los juegos de mesa y largos paseos habían sido sus distracciones.

La prima, enternecida y llena de amor fraterno, sacó del bolso su rosario y le habló con la certeza de que ella, aunque parecía dormida, le estaba escuchando:
Prepárate, Eloisa, vamos a rezar juntas el rosario. Todos observaron cómo el lunar averrugado que tenía Eloisa en la barbilla, el pelillo que nacía en su centro se erizaba, y en aquél preciso momento, abrió los ojos, balbuceó algunas palabras sin sentido, y después dijo de un modo claro y conciso:
--¡Ya estoy aquí! Y,comenzó a llorar lágrimas blancas como la nieve.

Pasados los trámites pertinentes y el tiempo adecuado regresó a casa. Nada estaba como ella lo dejara.
¡De qué manera, habían cambiado las costumbres familiares! La hija que dejara pequeña, ¡tenía una niña! Muy bonita, eso sí. --¡Ay! mi amor, si es casi un bebé y ya la vistes como si fuese mayor.
¡Enséñale desde niña, la compostura y el recato! --Decía.

--¡Qué risa, Eloisa! ¡Ja, Ja, Ja,! No te asustes. Ya irás comprobando que nada es como antes. Eso del recato suena a cursi y anticuado. Cuando sales a la calle no encuentras diferencias en el modo de vestir.
Ahora, las chicas que no pierden la virginidad antes de los veinte, por no decir en la adolescencia,  son motivo de burlas, casi todas hacen vida de pareja cuando se hacen novias de algún chico, toman anticonceptivos. Te puedo asegurar que son pocas, las que pisan las iglesias.
--¡Dios mío! ¡Qué escándalo! Creo que sería mejor volver... ¡Nada, nada! No he dicho nada. ¡Cuándo así es, será porque así debe ser!
Resultado de imagen de fotos de doña tremebunda

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