Asustado Pablorino
mirando por la ventana
a visto que su esposina
se ha convertido
cristiana.
No quiere que se la maten
y no ha visto mejor manera
que traer a su cristiana
y esconderla en Santomera.
¡Ay! Dios, que desventura
si a esta mujer tan
hermosa
se la comen los leones
de una manera asquerosa.
¡Una pierna sin sandalia!
¡Un brazo sin brazalete!
La túnica toda rota
que no tapa ni el culete.
¡Dios! del cristiano que
ayudas
al pobre y al desvalido...
¿Por qué no cambiar
leones
por su amado Pablorino?
Él la tratará mejor...
Si la come será fino.
Para que no se le acabe
la comerá con buen tino.
M. E. Rubio Gonzalez
M. E. Rubio Gonzalez
No hay comentarios:
Publicar un comentario