sábado, 24 de octubre de 2015

BRUJERÍA



La bruja Patina se hallaba de mal humor. Se le había roto la escoba y no tenia repuesto. Tenía el presentimiento de que algo importante se estaba perdiendo, pues oía risas y cantos que venían de lejos, y no veía la manera de viajar hasta el lugar de dónde procedían.


Fue casa de su vecina, la bruja Falala, para pedirle el favor de que le prestase la suya; pero Falala no estaba por la labor.






A Patina le dio tanta rabia, y se puso tan furiosa que le salía humo de los oídos. Era algo parecido a los vapores que salen de la olla exprés.
Falala soltó tal risotada, que a Patina del impacto se le rasgó la falda y quedó con la canillas al descubierto. ¡Fue un desconcierto! Se oían los gritos de Patina y la risa de Falala a tal distancia, que desde "La Costa Norte" los oían en "Monte Dopeiro".

La bruja Cacheta, vivía en la encrucijada entre La Costa Norte y Monte Dopeiro. Oyó los estruendos. Se puso en camino a bordo de su escoba "Maruja" a la que tenía gran cariño por ser ésta la primera escoba que montó y con la primera que pegó una paliza a Carruno, su marido, el mismo día de su boda. Era tradición familiar pegar al marido una escobatina la noche de bodas, en señal de la mayor demostración de amor que se daba en familia. La tradición se cumplía fielmente desde hacía muchísimos años.

Algunos infelices no pudieron consumar el acto matrimonial a causa de su defunción por la fuerte impresión, pues se le daba sin previo aviso. No fue el caso de Carruno. Éste...Resistió, y vivió muchos años para contarlo.

Cacheta, llevaba en su faltriquera una sorpresa para Patina y Falala, no era la primera vez que les sucedía y pensaba darse un poco de diversión a su costa.

 Cuando Cacheta llegó a la altura de dónde se hallaban ambas, que por cierto habían llegado a las manos y se agarraban de los pelos de la cabeza, soltó un nido de pulgas que llevaba preparado, dejándolo caer sobre sus cabezas. ¡ Ahora, a la risa de Falala, se unió la de Cacheta!

Cacheta, reía. Patina y Falala, habían dejado de pegarse y se rascaban sin cesar.

Cacheta entre risa y risa decía: ¡No hay cosa más rica, que rascarse cuando pica!

4 comentarios:

  1. jajajajajaajaj Que buen humor transmite tu relato amiga Encarna, entre brujas a ver cual más risueña y divertida. Vaya unas, a la escoba le daban buen uso, hasta darle con ella al marido.

    Me he reído mucho y te doy las gracias.
    Recibe un abrazo y beso muy fuerte de ésta tu amiga.

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    1. Querida amiga Mila, me alegra aceros reír. Yo también he reído, y río de vez en cuando al recordarlo. Un abrazo y besos.

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  2. Buenisimo me he reido con este relato esta super divertido , gracias ,,,,

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  3. Amiga mía, hay que aprovechar los momentos de buen humor y reír. Besos.

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