domingo, 1 de septiembre de 2024

El largo camino que hasta aquí nos trajo

 


 Después de la batalla y conquista de Ai, todos los pueblos de entonces estaban informados de los prodigios que el Dios de Israel había realizado para darles la victoria. Sabían que nada podían hacer contra su poder. Se unieron todos los jefes de los reinos, comunidades y tribus para ofrecer una alianza a los israelitas y someterse a la esclavitud a cambio de que les perdonasen la vida.
Dios había comunicado a Josué que no dejara vivir entre ellos otros pueblos, ya que con sus costumbres y la adoración a otros dioses podían ser contaminados, que los tomasen como esclavos servidores del agua para el pueblo y el templo.
La humanidad estaba incipiente en los detalles de salubridad, hacía falta un largo camino para llegar hasta aquí. Dios impuso preceptos que tenían mucho que ver con el aseo y las buenas costumbres, lavarse las manos antes de comer, presentarse  ante el Arca purificado por el baño y lavar con meticulosidad las ollas y todos los enseres utilizados en la mesa y la cocina. También los días de ayuno son altamente beneficiosos para limpiar el organismo de toxinas acumuladas en tiempos que la manipulación de los alimentos carecía de la higiene que disfrutamos en nuestro tiempo. Dios misericordioso puso al alcance de su pueblo normas de vida perfectas. Siguiendo sus mandamientos y sus preceptos, una sociedad presentará unas reglas de buena educación sin fallos, una maravilla, el cielo en la tierra. 


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