sábado, 15 de enero de 2022

Triste canción

  



Ferdinando era un burrito,
caminaba por el monte
paraba cada ratito
a mirar el horizonte.

Se acordaba del camino,
tenía buena memoria
lo pasaba cada día
para engancharse a la noria.

Trabajaba sin descanso
para ganarse la paja.
Para comerla en el suelo
la cabeza sube y baja.

Iba caminando lento
le faltaba la ilusión
se quejaba con frecuencia
de su mala profesión.

Una mañana temprano
cuando su camino andaba
un ruiseñor primoroso
sus canciones le cantaba.

Canta, burro caminante.
Canta, girando la noria.
Hubo un burro muy famoso
famoso con mucha historia.

    Muy contento recorría 
los caminos de La Mancha,
portando sobre su lomo
a su amo, Sancho Panza.

Era amigo de un caballo,
 caminaba siempre al trote;
su amo era famoso:
el hidalgo Don Quijote.

Soy un burro de verdad,
le decía Ferdinando,
y si me pongo a cantar
será que estoy rebuznando.

No me vengas con historias
que me abruman y me aturdo.
Yo tengo que rebuznar
porque he nacido burro.

Eres un burro muy lindo
te lo digo de verdad, 
has prestado gran servicio 
a toda la humanidad.

Calla ya, pájaro loco,
déjame comer mi paja;
tú canta y revolotea,
no estorbes a quién trabaja.

María Encarna Rubio











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