Cuando yo era pequeñita
jugaba con mis muñecas
y corría como una tromba.
No tenía un celular
pero hablaba todo el rato,
cuando no tenía amigos
con mi perro y con mi gato.
Vestía con las ropitas
que desechaba mi hermana,
y caminaba buen trecho,
a la escuela en la mañana.
Cuando escribía lo hacía
con tiza en una pizarra,
y con tinta del tintero
que en un desliz te embarra.
Y mira como lo hago...
Cómo yo escribo ahora...
Tecleando el teclado
de una computadora.
Salta y ríe sin cesar.
Estudia con lo que tengas,
aunque te parezca duro,
que el milagro lo verás
en tu cerebro maduro.
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