Hay
una cosa que al Niño
le
causa mucha alegría,
es
que le canten canciones
y
le hagan romería.
Que
le regalen rosarios,
que
le tiren muchas flores,
que
le paseen los niños
y
que le canten canciones.
Sus
ojos hoy resplandecen,
verás
el amor en ellos.
Te
llenaran de esperanza
y
de sentimientos bellos.
Porque
Él es la promesa
de
vida eterna y de amor
de
la bondad de Dios Padre
al
darnos al Redentor.
Él
cuando oye rumores
en
su casa de la huerta,
y
huele a menta y a flores
por
una ventana abierta...
Aspirando
los perfumes
que
expande la huerta entera,
se
siente feliz y piensa
que
vendrá a Santomera.
Tiene
una casa que espera
con
su familia tan bella,
y
la ilusión desmedida
de
verle para siempre en ella.
Inundados
de ternura
por
su presencia tan Santa.
El
niño Jesús de la Huerta
siente que viene a su casa.
¡Ven
mi niño que te acune!
Ahora
eres pequeñito.
Eso
dicen sus padrinos
con
un amor infinito.
Se
quedará para siempre.
Porque
se siente adorado.
Aunque
ellos no lo vean...
“Lo
mismo que en el Sagrario”
María Encarna Rubio
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