Con grande placer
Dora, Dora admira
el amanecer.
Solo en ocasiones
y queda en reposo
sin madrugones.
Respira profundo
exhala su aliento
y todas las tristezas
se las lleva el viento.
Hermoso es por ahora
respirar, será funesto
si al aíre puro
le ponen impuesto.
Dios nos lo regala
es puro disfrute
el aíre es de todos
nadie lo discute...
Por ahora.
María Encarna Rubio
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