Dora, Dora,
va de carnaval
con gusto ha elegido
su lindo disfraz.
Dora, Dora,
sonríe a la vida
disfruta el momento
y ya nunca llora.
Ser una abuelita
no es suficiente
para negarse a la vida
y fenecer lentamente.
Dora, Dora,
derrocha alegría
hace sus comidas
ricas, ricas, cada día.
Arregla su casa
la mima y la adora
y deja un espacio
a su mecedora.
Mece que te mece
ríe que te ríe, y canta
cantar a la vida
a ella le encanta.
María Encarna Rubio
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