¡Ay de mí, que viví en la esperanza
y vivo en el desconsuelo!
Ayer hubo luz en mi vida
hoy la cubre negro velo.
Que vivo sin vivir en mí
en terreno de baldío
lo que ayer fue calor y vida
hoy es indiferencia y frío.
¿Dónde buscaré la llama
que prenda en mi estopa el fuego
que me anime y me caliente
y me devuelva el sosiego?
¿Será que para vivir
la grandeza de otra vida
primero hay que sufrir,
dejar perder la partida?
María Encarna Rubio
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