Mi ardorosa campesina.
A la que el sol mima y besa.
El brillo que hay en tu pelo,
Me deslumbra y embelesa.
La sombra de tus pestañas
Que alardeas con arrobo
Me hacen de amor cautivo
Debajo del algarrobo.
No hay luz en mi noche
oscura
En mi vida por el monte.
Solo la encuentro en tu pelo
Mi faro en el horizonte.
¡Sol, que de amor me quemas!
Desde el día que te vi
Mi afán es saber escribir,
Dedicarte mis poemas.
Si escuchas una mañana,
Que estoy trillando en la era;
Si escuchas que estoy
cantando
Es para que de amor no
muera.
Que se me parte en el pecho
Mi alegría es solo una
Que es mío y solo mío
Ese niño de la cuna.
María Encarna Rubio
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