lunes, 6 de septiembre de 2021

El día que yo muera

 


 El día que yo muera, en mi lecho de muerte,
pensaré que haber vivido ha sido gran aventura.
Seguro estaré expectante,
 esperando el salto a lo desconocido.
O tal vez no... pudiera suceder que todo fuera conocido,
que también allí hubiesen luces y sombras, altos y bajos y apareciesen ante mí mis sueños: los que se realizaron y los que quedaron a la espera.
Pudiera suceder que encontrase a mi ser interior gemelo a mí, mi voz interior, hecha realidad ante mis ojos, y juntas paseáramos por los sueños no realizados sintiendo la inmensa alegría de vivirlos.

El día que yo muera será la experiencia más grande de mi vida. Dejaré para siempre la obra de ingeniería más inmensa que se haya inventado, un cuerpo humano... Mi perfecto corazón dejará de latir después de tantos años. Mis brazos articulados quedarán inertes y mis maravillosas manos quedarán lacias, a nadie servirán del modo tan fantástico como me han servido a mí. Tantos años me he servido de mi cuerpo que le amo, le cuido lo mejor que sé, algo de semejante envergadura
no se puede maltratar. Me dolerá separarme de algo tan perfecto y maravilloso. Maravillada me iré de todo lo que he visto y he vivido, el día que yo muera.

María Encarna Rubio 







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