El caracol Takitin vivía feliz y satisfecho. Nacía ya con casa propia e independizado.
Cuando llovía, le encantaba salir a impregnarse de lluvia y aprovechaba el momento para darse una ducha y lavar su casita, adornada con una preciosa y perfecta espiral.
Pensaba él, que en su vida todo eran ventajas, ya que comía gratis y no pagaba alquiler.
Pero un día que deambulaba por el campo, vio a Rudito, un pájaro carpintero que se atareaba en hacerse su casita en el tronco de un árbol.
Le dio un ataque de risa, y se burlaba de él diciendo:
Pica, pica. Sudor de sangre te va a costar tener un hogar para meterte.
Rudito le miró y le dijo: No sé de qué te ríes. Yo, cuando tenga terminada mi casa, tendré a mis hijos. Jugaremos y estaremos todos juntos con mucho amor. En cambio tú, estarás siempre solo y no podrás tener ni amigos, porque en tu casa, solo cabes tú.
En esta vida, nada es gratis. Lo que tenemos, siempre lo pagamos de un modo o de otro.
M.E.Rubio González
M.E.Rubio González
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