Don Saturnino, recién iniciado en la materia, observaba a los pipiolos que tenía delante. Profesor de enseñanza primaria no podía por menos que pensar: todos son libros en blanco. Su debut no le tenía preocupado. Es la confianza que da saber que ninguno de ellos sería capaz de catalogar sus actitudes.
La primera clase fue corta para él, pues su trabajo vocacional le subyugaba. Tenía gran ilusión por escribir páginas en aquellos libros seguro de que serían imborrables.
Después de haber asentado la bases comenzó la práctica de su literatura.
--¡Niños, os voy a contar un cuento! A ver si sois capaces de escribirlo después.
El cuento trataba de cierto patito que no había nacido donde le correspondía. El hecho le había causado grandes lagunas en su interior que al final se solucionaron felizmente.
Hubo de todo. Garabatos, gallinas que se casaban con conejos, arañas voladoras que comían cangrejos, en fin, lo normal. Una nota discordante apareció en el teclado. En un libro en blanco apareció cierta frase: "Hay lagunas que son tan profundas como las fosas oceánicas, nunca serán salvadas con tanta facilidad"
No hay comentarios:
Publicar un comentario