Lo pasado, pasado queda
en el libro del alma.
Libro que cuenta batallas ganadas,
batallas perdidas, lloradas batallas.
Y vamos llenando las hojas en blanco
con nuestras vivencias que vamos pasando.
Se borran las tintas, se borran las letras,
y quedan retazos, y quedan secuencias.
Nadie lo atisba, nadie podrá verlo
que solo nosotros podemos leerlo.
Yo tengo mi libro en mi pensamiento.
A veces a trozos a alguien lo cuento.
Y quito, y pongo cosas que me invento.
Porque soy autora del libro que tengo
escrito sin tinta en mi pensamiento.
A nadie he podido leer su verdad.
En eso radica nuestra libertad.
La más grande que Dios ha creado.
María Encarna Rubio
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