En la noche cerrada, la rosa resplandecía
Soñaba que era una hada que ojos para ver tenía,
Una estrella de la noche una ventana le abría
Se asomó ilusionada a ver lo que había
prefirió seguir siendo rosa
Llanto de niños lanzados al río
Sueños rotos en la noche
Ruidos de tripas vacías
Gritos de rabia, sangre en las aceras
Brazos que luchan por salir a flote en el mar sin conseguirlo
Islas de plástico sucio yermas de cocoteros
Coros de desdentados que por mucho que se esfuerzan no dan la nota
Humanos convertidos en lobos que claman la libertad del odio
La rosa
Había creído que el mundo era otra cosa
Eligió sus espinas y siguió siendo rosa
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