La abuelita Dora
ni ríe ni llora.
Espera que venga
su nieto Manuel
para sorprenderle
con fiesta y pastel.
Le pone contenta
verle sonreír
es su alegría
hacerle feliz.
Su vecina Lola
que nietos no tiene
con el nieto de Dora
también se entretiene.
Son buenas vecinas
comparten la risa
para ser felices
se dan mucha prisa.
María Encarna Rubio
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