lunes, 7 de julio de 2014

NOCHE NEGRA



La noche casi tocaba a su fin. El búho Caroncio no había conocido una noche más negra que aquella. 


Casi despuntaba el alba y, él, sin ratoncillo que llevarse al pico.

 El día anterior lo había pasado repasando un libro muy famoso... de cuyo nombre no podía acordarse.


Cada vez que lo leía quedaba más sorprendido de la agudeza y del sentido del humor de su autor...
--¡Pero, calla, estómago mío, mira quién aparece por ahí! ¡Un ratoncillo! ... "Placerdemivida".


¡Pobre Caroncio! Fue tal la risa que le dio al asociar ese momento con algo leído el día anterior, que el ratón se le escapó.


La señora búho, que por fin estaba ganando la batalla y muy pronto sería la señora búha, le pidió explicaciones:
--¿Qué te ha sucedido para que no traigas a casa nada para llevarnos al pico?


--¡Mira, ave de rapiña mía! Estaba a punto de cazar un ratón, pero, me ha dado la risa, y se me ha escapado.
-¡Pero, bueno! ¿Qué es eso de darte risa cazando, no sabes que es una cosa muy seria?


--¡Sí, ave de rapiña mía! Pero..., desde ayer que leí que una doncella tenía por nombre "Placerdemivida", pues, en el momento menos oportuno me da la risa.
¡Ay, Caroncio, Caroncio! --decía la señora búho-- Que cuando se trata de la comida hay que estar atento... A ver si tú,.. tendrás qué... quemar... también...

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