viernes, 28 de junio de 2024

Moisés ve la tierra prometida

 


 Moisés ve la tierra prometida. Ese mismo día, Dios le ordenó a Moisés:
«Quiero que vayas a la región montañosa de Abarim, y que subas al monte Nebo, que está en el territorio de Moab, frente a Jericó. Desde allí podrás admirar el territorio de Canaán, que voy a darles a los Israelitas. Allí morirás y serás enterrado, como fue enterrado tu hermano Aarón cuando murió en el monte Hor. Josué será tu sucesor. 
 






miércoles, 26 de junio de 2024

Los israelitas en el desierto

 


 Una vez en el desierto, el pueblo elegido por Dios quedó instalado con sus enseres y sus animales esperando ordenes del Creador y libertador. Todos los días venía la ventisca y traía una cantidad suficiente de semillas para que todos pudiesen alimentarse, personas y animales. Moisés, siguiendo instrucciones de Dios, hizo brotar con su vara de una roca una fuente cristalina. Pero algo dijo que no fue con exactitud lo que Dios ordenó que hiciese. Por este hecho, Dios no le dejó entrar con su pueblo en la tierra prometida. 

Moisés se alejó hasta el monte Sinaí siguiendo la llamada del Todo Poderoso dejando solos a los exiliados y tardó todo un mes en volver. Cuando le vieron aparecer, quedaron estupefactos, sus cabellos se habían tornado blancos y traía en sus brazos dos enormes tablas de piedra con los Mandamientos que Dios mismo le había entregado para regir a su pueblo. Pero Moisés entró en cólera. Todo el pueblo se hallaba ebrio y danzaba enloquecido en torno a un becerro de oro, imagen de un dios egipcio. Lanzó las tablas al suelo en señal de repulsa, diciendo que no eran dignos de ellas y las rompió. Y fue así, que después las hubo de recomponer y guardarlas en el Arca de la Alianza, que era tan misteriosa, que quién la tocase caía al suelo electrocutado. Dios castigó este hecho haciendo que anduviesen errantes por el desierto durante cuarenta años.  

 

martes, 25 de junio de 2024

Dios demuestra su poder al faraón

 


 Sucedió pues, según se cuenta en la Biblia, que por cierto es el libro más leído del mundo, que el faraón, vio con sus propios ojos como las aguas del río Nilo se convertían en sangre. Fue algo funesto y sumamente desagradable. Esto trajo consecuencias muy perjudiciales para los habitantes de Egipto, que se sustentaban con los cultivos que las aguas alimentaban, así como los ganados y ellos mismos que no tenían agua para beber. Pues, aún así, no cedió el faraón.
Dios fue desatando plaga tras plaga, hasta diez. La última fue de tal calibre, que Dios mandó defenecer a todos los primogénitos de todas las especies, humanos y animales. Solo de los egipcios. El faraón perdió a su primogénito. Quedó inerte entre sus brazos. Este hecho dejó al faraón devastado. Lleno de ira y de dolor dejó marchar al pueblo hebreo, que cuando se encontraba frente al mar Rojo, quedó aterrado al ver las tropas del faraón que se acercaban dispuestas a la masacre y el exterminio. Y fue entonces, cuando sucedió el hecho más famoso de todos los relatados en el libro más grandioso y espectacular que existe: Moisés, con su vara de los milagros, ordenó a las aguas del mar que se separaran e hicieran un camino para que el pueblo elegido por Dios cruzase sin peligro hasta la otra orilla. Los soldados del faraón, que aún no se habían percatado del poder tan portentoso que tenían ante sí, quisieron seguir tras los israelitas y quedaron sepultados por las aguas que sellaron el camino en tremenda avalancha. 

MAMÁ OSA PERIPITOSA

En la casita del bosque todo iba bien. Las gallinas ponían sus huevos en una cesta y mamá osa los llevaba al mercado. Sería bonito pensar q...