miércoles, 24 de junio de 2015

LENTO CAMINAR

Pasito a pasito lento,
 se iba alejando su silueta en la lejanía.
No decía adiós, 
ni lloraba, ni gemía. 
No quedaba llanto que enturbiara su mirada
 que ya se habían encargado los años 
de empañar sus cristalinos y 
descoyuntar sus huesos.
¡Qué pena! Se decía. 
Ya no puedo con el yunque y el martillo.
 Mejor será que me aleje. 
Caminaré por la orilla. 
Buscaré la sombra de los árboles
 y no estorbaré al transeúnte
 que más que andar corre
 y se afana por la senda;
 para unos, ancha y suave, 
como piel de doncella
 por la que las ansias del mancebo resbalan; 
para otros, áspera y estrecha,
 como madrastra mala
 que mira y nove 
la indefensión de la tierna infancia. 
No hay lágrimas para llorar,
 no hay risas para regalar, 
solo un lento caminar
 buscando la sombra del árbol del camino.



de donde vienen los árboles

domingo, 21 de junio de 2015

SUPERPODERES

Truenos y relámpagos, negros nubarrones. Ese, era el panorama que encontró Felisa en su pueblo el día de su nacimiento. Niña con superpoderes, lo tenía grabado en su memoria tal como lo oyera cuando salió del útero materno.

--¿A qué mundo me han traído? --Se dijo para sí. No quiso pronunciar palabra, consciente del impacto que ello causaría en aquellas mentes primarias que la rodeaban llenas de regocijo al verla completita y sana, sin ninguna anomalía aparente. Gritaban al verla con sus ojitos abiertos, redondos como avellanas, que todo lo miraban y todo lo entendían. 
--¡No habla, porque no quiere! --Decía su abuela materna que fue la que la tomó en sus brazos nada más salir, toda redondita, como una bolita de sebo.
--¡Y, no ando, porque..., tampoco quiero! --Pensaba para sus adentros Felisa, que se dedicaba a pasar revista a todos los presentes en el acto del parto de su madre.

Se desarrolló éste en el lecho conyugal de sus padres, ya que Felisa no dio tiempo a traslado alguno a parte alguna. Dijo:
--¡Quiero salir!... --Y, salió.
Ella, en brazos de su abuela, la miraba y decía:
--¡Ésta, es..., la que manda en casa de mis padres!
Luego, viendo a su madre tendida y de piernas abiertas, pensó:
--¡Ésta, es..., la que manda en mi padre.
Después, posó la mirada en la sombra que había al fondo..., ¿Qué vio? ...vio a un muchachote, fornido y bronceado por el sol.
--Éste..., --Y sintió gran ternura al contemplarle tembloroso y emocionado, como el pintor que acaba de pintar su primer cuadro y queda extasiado al contemplar su obra terminada...,
--Éste..., es..., ¡el que obedece a las dos!  

jueves, 18 de junio de 2015

YO BIEN QUISIERA

--¡Yo bien quisiera! ¡Pero no puedo!... ¡Si. ya sé! Cierto famoso autor dijo: "He cometido el pecado mayor que un hombre puede cometer, no he sido feliz". Según tú, todo miembro de la especie humana, bien sea hombre o mujer..., o viceversa, nace con el deber ineludible de ser feliz. Te puedo asegurar que es harto difícil. Se nace para ser feliz..., o para no serlo.

-- Nada tiene que ver que la vida te sea ingrata, que las penurias se ceben contigo y te machaquen, te den golpes por doquier, si tú has nacido para ser feliz, lo eres..., siempre surge el madero al que asirse en medio del naufragio.

--¡No me vengas con esas, Timoteo!-- ¿Es que crees en la fuerza del destino? ¿Acaso piensas que el ser humano nace sujeto a un patrón prediseñado? ¡No hombre no! Nosotros, lo vamos haciendo con el acierto o desacierto de las decisiones que tomamos en los momentos cruciales de nuestras vidas.
Yo he conocido a gente feliz en situaciones adversas.

--¡Dime la fórmula, que la voy a poner en marcha!

SOY ANDRA

Toda la casa olía a humo. Los perros ladraban de una manera inquietante, como si quisieran avisar de un peligro certero. El visitante, sin dar muestra de inquietud alguna, seguía repasando con insolente insistencia la anatomía de Andra. Ella, era consciente de ir adecuadamente vestida, pero la mirada de aquel intruso le hacía sentir como si fuese desnuda.

 No pudo calcular el tiempo que pasaron en aquella embarazosa situación: él, mirando, ella, aguantando los deseos de gritar con todas sus fuerzas y salir corriendo, pero el sentido común, del que andaba bien dotada, le decía que aguantase, porque aquella situación no tenía más remedio que acabar en cuestión de segundos, ya que hasta sus oídos había llegado el peculiar chasquido que producían los pasos de Fredi al pisar las gravillas de la entrada.

 Se mantuvo expectante. Veía que aquel bribón, estaba por lanzarse sobre ella. Sólo pensarlo le ponía los bellos de punta; estaba preparada para soltarle un fuerte puntapié en la parte más sensible del género masculino.

--¡No vivas sola  en ese caserón solitario! –Le había dicho su madre. 
Ella, que siempre había hecho gala de ser una obcecada, se sentía capaz de todo. Hizo caso omiso a las recomendaciones de su madre; se había empeñado en habitar la casa que la tía  abuela Gertru le había dejado en herencia.

 Se hallaba ésta en un paraje solitario en la vaguada de un monte. Estaba edificada sobre el curso de un pequeño torrente sobre el cual hacía puente pasando éste justo por debajo. La casa se abastecía de sus aguas. Había de servirse de una polea que hacía subir y bajar el cubo, según estuviese vacío o lleno. 

El caserío no quedaba muy lejos. Las gentes sencillas y de muy sanas costumbres eran acogedoras. Andra acababa de sufrir la ruptura de su relación con Pablo. Había sido muy frustrante. Después de seis años juntos, apoyándole para que terminase la Carrera de Derecho, un día le encontró con su amiga Mega, en su propia cama. 

Esta situación, le había llevado a querer ir a vivir por un tiempo a su casa heredada en el campo. Ahora, se hallaba en la embarazosa situación de un asalto. No comprendía, cómo aquel delincuente había podido evadir la vigilancia de “Deco” y “Tala”, sus dos perros dobermann.

El individuo en cuestión, era un gañán del que no sería fácil deshacerse ni plantarle cara. Con la rapidez del relámpago cambió por completo su actitud agresiva y asustada por la más sensual de las sonrisas. De modo sumamente provocativo, subió los brazos soltando el lazo que sujetaba su vestido al cuello. Éste, resbaló yendo a parar a sus pies, dejando libre su figura de escultura griega. Desató la cinta que sujetaba su melena impresionante. La meció sonriendo al indeseable y se le fue acercando provocativa.

 La respuesta no se hizo esperar: el gañán hizo ademán de abalanzarse, momento que aprovechó Andra para meter la rodilla en su entrepierna y los dedos índice y corazón de su mano derecha se clavaron con fuerza en los ojos del maleante que cayó dando gritos de dolor.

Acto seguido apareció Fredi, el joven médico que pasaba consulta en la aldea con el que había entablado amistad:
--¿Qué es esto?--dijo Fredi, y, de modo instintivo, golpeó al maleante en la cabeza con un bastón que había en el paragüero, dejándolo inconsciente.
Andra se apresuró a vestirse, ruborizada y nerviosa. En pocas palabras explicó lo sucedido. 

Con una cuerda ataron al delincuente, que recuperó la consciencia dando gritos y soltando improperios a diestro y siniestro.
--Ya ves, Andra, aquí corres peligro. --Le dijo Fredi tratando de aconsejarle que se fuera a la ciudad.
--¡Ni cien gañanes que se me pongan delante me van a impedir que haga aquello que a mí me plazca. 

"Y, colorin colorado, este cuento se ha acabado"



viernes, 5 de junio de 2015

MI MÚSICA

Resultado de imagen de fotos de richard clayderman

¡Yo crearé para tí el más bello cuento de amor del mundo! Te hará sentir el vuelo de mil mariposas juntas. Beber del agua que destilan los helechos en amaneceres matizados de todos los colores. Después surcarás las olas de un mar azul intenso. Arribarás a rocas rosadas de playas blancas. Allí estaré yo esperando tu figura. Sirena de aguas profundas, te llevaré a mi castillo de corales y puertas abiertas. Escucharás mi música inédita creada sólo para tí:
¡Ya nunca querrás volver!

lunes, 1 de junio de 2015

TODOS ME HABÉIS DE AMAR

¡Todos me habéis de amar! Porque yo a todos amo. Dejar las indolencias, es tiempo de trabajo intenso.

Resultado de imagen de dibujos de golondrinas

Alzaré un día el vuelo, igual que la golondrina.  Rauda hacia las estrellas... En ellas encontraré otra luz, otro suelo.
 Será un día memorable, el día de mis memorias. A todos contaré: todos me amaron y a todos amé. Tú, serás mi luz y yo tu sombra, igual que aquí.

MAMÁ OSA PERIPITOSA

En la casita del bosque todo iba bien. Las gallinas ponían sus huevos en una cesta y mamá osa los llevaba al mercado. Sería bonito pensar q...